Afortunadamente hay casos en que es el/la propio/a adolescente quien solicita un espacio personal para poder elaborar sus conflictos internos. Por ejemplo, les sucede que ya no pueden o quieren compartir todos sus problemas con sus padres tal y como lo hacían antes, y buscan esa referencia o apoyo en el mundo exterior. A veces lo hacen a través de la imitación de los iguales, otras veces buscan un espacio de cuidado y reflexión para sí mismos sobre sus inquietudes.
Es un buen signo que un adolescente quiera empezar un proceso de psicoterapia, ya que podemos pensar que quiere buscar una manera propia de resolver sus asuntos.
Pero si éste no es vuestro caso y vuestro/a hijo/a no quiere asistir a la consulta, no todo está perdido.
Escuchar sus motivos
En algunas ocasiones, por mucho que haya malestar, puede suceder que el chico o la chica no quiera asistir a psicoterapia. Su negativa puede tener múltiples causas, y sea como sea siempre es interesante poder escuchar su posición al respecto: a veces se trata de un mecanismo de defensa relacionado con el miedo o la vergüenza, otras veces se trata de una posición frente al conflicto, o puede tratarse del deseo propio de la edad de distanciarse de la familia y dejar de satisfacer los deseos de sus padres.
Sea como sea, no podemos olvidar que las terapias coactivas suelen dar muy poco resultado. Por lo tanto, y salvo algunas excepciones, tiene más sentido acercarse a la posición del/la chico/a y lograr que vea por sí mismo los beneficios que en realidad también tiene para él/ella la posibilidad de recibir ayuda profesional; sólo de esta manera lograremos una buena alianza terapéutica. Pensad que, al fin y al cabo, detrás de los conflictos y de los síntomas hay un sufrimiento que casi siempre puede ser aliviado, y seguramente a la larga éste sea el argumento más convincente.
Algunas ideas para abordar la negativa
Por este motivo, ante la reticencia del/la adolescente, puede ser interesante invitarlos a probarlo, dejándoles claro que, si después de algunas sesiones siguen sin querer asistir, tienen la libertad de dejar de hacerlo. Otra opción puede ser la negociación, aunque deberéis tener en cuenta que ésta puede devenir en el futuro un arma de doble filo (“si yo te doy tal, tú me das cual”), convirtiéndose en una estrategia utilitarista por ambas partes.
Por último, cabe decir que vosotros sois los padres y en definitiva tenéis la última palabra sobre las cuestiones que afectan al conjunto de la familia. En alguna medida podéis obligar a vuestro/a hijo/a a asistir a las sesiones si realmente creéis que es necesario hacerlo o una cuestión de fuerza mayor. Pero no olvidéis que, sin su consentimiento activo, difícilmente sentirá que el espacio terapéutico es un espacio de expresión libre y crecimiento personal.
En definitiva…
Por este motivo, ante una negativa parcial o rotunda, lo más recomendable es que seáis los padres los que déis el primer paso y hagáis la consulta sobre la situación. La perspectiva sistémica aporta la idea de que la familia es un sistema en el que todos los individuos se influyen mutuamente. Por este motivo, el cambio puede nacer en cualquiera de los nodos de la red. Al dar vosotros el primer paso a menudo se movilizan las dinámicas y se desbloquean posiciones, ya que el adolescente entiende que no es el único señalado o culpable del malestar familiar, y que cada uno está dispuesto a hacerse cargo de su parte de responsabilidad.
En cualquier caso, recordad que vosotros como padres tenéis un margen de maniobra para cambiar las cosas, y no usarlo sería ceder al/la chico/a todo el poder que tenéis. Por ese motivo, si en el peor de los casos no lográis el compromiso del adolescente con la psicoterapia, podemos reunirnos a solas para hablar sobre otras maneras de cambiar la dinámica familiar que afortunadamente sí que están en vuestras manos y que indirectamente influyen en el/la adolescente y la relación con él/ella.
Otras opciones
Por último, cabe señalar que los casos más graves en los que la negativa a la psicoterapia podría ser un riesgo mayor para la integridad del menor o para otras personas sí que requieren de un abordaje directivo. En este caso, puedes contactarme y si lo necesitas te asesoraré en la búsqueda de servicios especializados.
Contacto
La consulta está en C/Mallorca 567, 08026 Barcelona (Metro El Clot L1 y L2, Camp de l’Arpa L5).
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